«La educación inclusiva en España va en retroceso. Cada vez se segrega más»
El pasado mes de marzo, el día después del Día Mundial del Síndrome de Down (21 de marzo), un grupo de jóvenes recibió el Premio Internacional de la ONU por su proyecto «Estudiantes por la inclusión». El galardón, al que aspiraban más de 200 proyectos, reconoce el “activismo y defensa decidida de los Derechos Humanos”.
‘Estudiantes por la inclusión’ es una iniciativa en la que participan 16 jóvenes con y sin discapacidad y forma parte del trabajo de la plataforma ‘Quererla es Crearla‘, que lucha por conseguir la transformación de la educación en España para hacerla inclusiva. El equipo de ‘Estudiantes por la inclusión’ ha elaborado la guía «Cómo hacer inclusiva tu escuela», dirigida a otros estudiantes para conseguir que sus escuelas respondan a la diversidad del alumnado. La guía fue presentada el pasado mes de septiembre a la Ministra de Educación, Pilar Alegría, y está disponible haciendo click aquí.
Para conocer mejor cómo recibieron este reconocimiento, tanto los representantes del proyecto, como el equipo de profesionales que forma parte del mismo, y para conocer mejor los avances o retrocesos de la educación en España, entrevistamos al experto en Educación Inclusiva, miembro de ‘Quererla es crearla’ y asesor de DOWN ESPAÑA, Ignacio Calderón.
– ¿Cómo valoras este galardón?
Es un gran reconocimiento internacional a un gran trabajo que realiza un grupo jóvenes con la única pretensión de construir algo que sirva para otras personas. Han llegado a hacer cosas grandes. Además de este premio, el año pasado recibieron el de la Asociación Americana de Investigación Educativa.
-¿Cómo lo han vivido los chicos y chicas que forman parte de ‘Estudiantes por la inclusión’?
Muchos de estos estudiantes han sido devaluados por la escuela, nada reconocidos…Sin embargo, reciben estos premios que les dan la razón, es decir, les estaban discriminando.
– ¿Cómo valoras la situación actual de la educación en España en términos de inclusión?
Se encuentra en un momento de retroceso. Hay un aumento de aulas especificas segregadas a las que se deriva a alumnos con discapacidad intelectual, con la connivencia de los poderes públicos. Cada vez se segrega más.
– ¿A qué tipo de barreras se enfrentan hoy en día los estudiantes con discapacidad?
A barreras de muchos tipos que se resumen en que no son reconocidos, no se tienen en cuenta sus necesidades, deseos… La ‘categoría’ de síndrome de Down o de discapacidad parece que es lo único que se toma en cuenta, es la que se ha superpuesto por encima de todo, y hay mucha investigación que muestra el efecto negativo de ese proceso de etiquetado. La escuela debería reconocer el valor de cada persona como es.
De esa falta de reconocimiento derivan otras barreras, como no ser tenido en cuenta para las actividades en clase o por el resto de compañeros en los patios. Ese sentimiento de soledad hace mucho daño y la institución tiene que tomar partido. Los niños aprenden lo que la institución fomenta, ya sea cooperación, competitividad, inclusión….Por eso, hay que enseñar a disfrutar los unos de los otros. Si se deriva a alumnos a otra clase, lo que se enseña es que no pueden aprender juntos.
-¿Cuáles son los puntos clave para que se lleve a cabo la necesaria transformación de la escuela?
Principalmente, hay que tener clara la premisa de que podemos estar juntos aún teniendo características diferentes. Eso no debe impedir que los alumnos aprendan juntos o que los adultos trabajemos juntos. Lo fundamental nace de garantizar esa presencia.
Además, los docentes deben tener clara cuál debería ser la forma de trabajar para garantizar la inclusión. Siguiendo un libro de texto, dejamos fuera a algunos alumnos que también valen mucho. La implicación del equipo docente es fundamental y también la de los equipos directivos. El liderazgo debe ser inclusivo, eso se resentirá en toda la escuela.
Por otro lado, desde la Administración y desde el Gobierno (nacional y autonómico) no se está haciendo lo suficiente. Hay cuestiones básicas que deberían plantearse desde el Ministerio.
Una de las jóvenes que forma parte de ‘Estudiantes por la inclusión’ dijo en su discurso: «Nos están separando y eso, además de injusto, es ilegal», y tiene toda la razón. Las Administraciones no pueden permitirlo, porque además, no partimos de la nada. Hay investigación de primer nivel, familias y profesionales de la docencia que demuestran que la educación inclusiva es posible y deseable. Las Administraciones deben aprender de esas experiencias que pueden transformar las escuelas.
– ¿Qué es ‘Quererla es crearla’?
Es un movimiento ciudadano que nace en 2018 a partir de un encuentro que tuvo lugar en Málaga sobre educación inclusiva. En esta plataforma, se han desarrollado investigaciones ciudadanas, que ya tienen eco en Latinoamérica. Poner a la gente a pensar en conjunto permite que las cosas cambien, y eso es lo que intentamos. El objetivo final es lograr la transformación de la escuela que conocemos en una inclusiva que sea amable y efectiva para todo el alumnado.
-¿Cuál es el reto o desafío que tiene ‘Quererla es Crearla’ a corto plazo?
Ahora trabajamos en construir una red de escuelas por la inclusión. Queremos convocar a escuelas para que participen en procesos de investigación-acción para demostrar sus experiencias y puedan ser replicadas.
Actualmente, hay mucho conocimiento que se está desperdiciando. Conocimiento de los estudiantes, las familias, del profesorado, de directivos….ese conocimiento debería servir para que otras escuelas y familias aprendan que se puede hacer que las escuelas sean más inclusivas.